lunes, 24 de agosto de 2009

En la ruta

De todas las personas que nos han llevado en la ruta sólo podemos recordar a las excepciones, a aquellos o aquellas que tienen algo de diferente. Esta es la pequeña historia de un camionero misionero que vive en Rio de Janeiro. Tal vez haya muchas historias parecidas, no lo sé.
Este hombre (no recuerdo el nombre) lleva café de San Pablo al Amazonas, un lugar llamado Belén. Para llegar hace 7 días en barco (con el camión sobre un barco, es un barco hotel-montacargas) y 7 días en ruta de tierra, en total hace 800 kms. Mientras nos contaba de este lugar llamado Belén, en donde hay una fábrica de cosas tecnológicas (él las carga hasta Ushuaia) no podía dejar de imaginarme que ese lugar lo había construido Mengele. Cuando nos dijo que trabajaban muchos japoneses tuve que cambiar, en mi imaginación, a los discípulos alemanes por japoneses...
¿Qué necesidad tiene una fábrica de cosas tecnológicas de instalarse en el Amazonas, hace 50 años (el misionero dio ese dato)? ¿Qué necesidad hay de transportarlas al fin del mundo para armar algo mas grande? ¿Es esto un ejemplo de la "globalización"?... Retomando el tema de Mengele, creo que fue una forma de pensar lo raro de la situación.
En fin, del fin del mundo va a Tucumán para cargar no se que y volver Brasil. Tenía contado los kms que hacia quincenalmente; gastaba mucha plata en celular para hablar con la familia que no veía nunca... y nos agradeció por la compañia. Con Gabri nos sorprendimos, la primera vez que nos agradecen...
Por último, pensamos, y lo hablamos con el misionero, en lo increible que sería hacer un documental con él, siguiendo su recorrido. Creo que lo convencimos para que lo haga él, aunque ya tenía grabado algo.

Tren a Tucumán

Tuvimos una gran despedida, con llantos y muchas advertencias de que nos cuidemos... ah, y de que no perdamos el tren pues lo esperábamos por un anden y estaba escondido en otro. Al fin lo tomamos. 25 horas en clase turista, con familias enteras con celulares último modelo y parlantes que despilfarraban cumbia y regetton. Creo que ya me se de memoria algunas canciones, aunque en un momento pude abstraer mi mente hacia el silencio.
En Tucumán pase por la puerta de la casa de Tucumán. Es la cuarta vez que llego en tren y la primera que voy hasta ese lugar. Tal vez la próxima entre, tal vez no. Mi duda es que si es tan importante ese lugar, ¿por qué carajo cobran entrada?.